MARTES 16 DE FEBRERO DE 2021

Se debe comenzar por ser honestos y reconocer que no todos, ni siempre, hemos sido atentos con las indicaciones

López González dijo que es indispensable que no se baje la guardia ni relajen medidas en este escenario. / Maximiliano Cervantes

Dolores Martínez | El Sol de San Juan del Río

El vocero organizacional, Rafael López González, reconoció que desde el anuncio del cambio de escenario, vigente a partir de este lunes, muchos ciudadanos expresaron su temor de que esta decisión pudiera llevarnos a un nuevo confinamiento, lo que representaría poner en riesgo lo construido durante casi 11 meses de estrategia contra la pandemia.

En su emisión de ayer, dijo que debe comenzar por ser honestos y reconocer que no todos, ni siempre, hemos sido atentos con las indicaciones; lo importante, agregó, es aprender a vivir sin contagiarse. 

Explicó que el sentido de comunidad requerido para sostener el Escenario B, debe aceptar tonalidades; “No es quedarnos todos guardados, o salirnos todos a la calle; debemos mostrar empatía con quienes forzosamente deben salir a trabajar todos los días para llevar el sustento a sus hogares ”.

Informó que el Escenario B se mantendrá al menos 14 días, desde este lunes y hasta el 28 de febrero, por lo que el reto para mantener vigente este escenario será controlar los indicadores dentro del rango y no contagiarse.

El vocero especificó que del lunes 5 al viernes 12 de febrero el número de activos se redujo en -702, un descenso acelerado de -25%; la ocupación de camas de hospitalización general y con ventilador, bajó del 51% al 41%, de acuerdo con la red IRAG; mientras que la positividad semanal reportada por el Laboratorio Estatal bajó del 36.3% al 35.7%, y las defunciones bajaron a 161 en relación con las 220 del mismo periodo inmediato anterior.

Puso de manifiesto que todos los queretanos participan en seguir teniendo buen panorama, sin embargo, solicitó no normalizar la tragedia que vivimos, así como no confundir números con vidas humanas, pues recordó que cada una de las más de 3 mil personas que han perdido la vida en la pandemia representan familias heridas y sueños rotos.