Nacionalismo BASES DE UNA NACIÓN_ SU GENTE. 07/03/2011 MARZO 2011 Eugenio Medina Ramírez
Hondamente preocupado por el penoso y sufrido vivir de tanta gente, a quienes la pobreza y sus carencias les tornan la vida en un dramático y caldeado infierno. Estas páginas de Aleph, la primera de las letras del alfabeto sagrado (hebreo), pretenden mostrarle algunas de las causas de todo esto y lo más importante, no sólo solucionar sino además de solucionar, prevenir una conducta que desemboca en estos dramas empobrecidos, oscuros, peligrosos, violentos, delictivos, infelices y muy pendejos que nos conceden una vida sin libertades ni comodidades y plagada de miedos, desesperaciones e insomnios.
Dos son los grandes parte aguas. ¿Qué es este México y quiénes somos los que lo habitamos? México cuyo nombre significa el ombligo de la luna, es un paraíso a quien no le falta nada. Hay riqueza marina, aérea, terrestre y hasta mineral Dispone de todos los climas y entre los mejores climas del planeta, el de este mi San Juan, de los mejores microclimas del mundo. Plata y petróleo han sido riquezas más que abundantes y mire todo esto, penosamente empobrecido. Puedo llenar estas páginas con las maravillas de estas tierras, pero la tierra no es nuestro problema, el problema, grave problema, es nuestra gente.
¿Quiénes somos nosotros? Ay, eso de sacar la ropa sucia no sólo a lavar sino a asolear, produce muchas boludas molestias, intensas comezones, inflamadas irritaciones y hasta terribles dolores de cabeza. Mil perdones, pero va para usted la realidad en versión mucho peor a la verdad, pues la realidad es siempre peor a lo que nombramos verdad. Somos hijos de una secuencia destructiva catastrófica, un mestizaje que no debiendo sobrevivir sobrevivió.
Nuestra gente fue conquistada y tal conquista fue la resultante de un completo desorden que organizó lo que a este pueblo se le hizo y se le puede volver a hacer: conquistarlo y someterlo. Fue conquistado por unas huestes de presidio, escoria española. La conquista nos quitó todo rastro de identidad. Nos canceló la lengua, nos arrebataron la fe y, salvo el de morirnos, nos quitaron todos los derechos que puede tener cualquier ser viviente, planta o animal y nos impusieron a sangre, fuego, tortura y muerte otra creencia y otra religión, nos borraron nuestra memoria histórica tan necesaria e importante; todos nuestros lugares sagrados fueron derruidos o sepultados, a nuestras más destacada y brava gente se le mató arteramente, enseguida nuestras mujeres fueron violadas, y lo demás fue aplastado, destruido y sepultado. Por si algo faltara, vinieron después varios siglos de infame esclavitud. Y por ello quedamos como estamos, sin destino y sin bandera. Con todo eso bestial y salvaje, del cerebro meshica ¿qué pudo sobrevivir? Pues esto ignorante y empobrecido que pulula por todas partes. Incompetente para gobernarse, para mantener un orden y para respetarlo, estúpidos hasta para querernos como debe ser, hasta los delirios. Pésimos para trabajar, incompetentes para atesorar y hacer muchísimo con cuanto tenemos. No logramos ni riqueza monetaria ni riqueza humana, es decir, nuestra miseria es absoluta. La culpa de todos nuestros antecedentes y nuestra oscura ignorancia son los citados antecedentes y que no hacemos nada hacia la luz y la grandeza.
Decir que somos unos auténticos hijos de la ch… no exagera nada, pero nos duele y ofende profundamente, pues esos dolores tan agresivos sólo los genera la verdad. Por ello la verdad ni la visitamos ni la saludamos. ¿Cuál verdad acá es respetada? Entre nuestra gente, siempre, como se resuella se miente.
La resultante de tal infame masacre somos nosotros, y nosotros con todo lo grande y enorme que tiene este país en riqueza, no hemos logrado hacer grandeza ni incrementarla, pues no tenemos nacionalismo, ni otros importantes valores ni a proyecto llegamos, que al menos logre administrar sus inagotables riquezas. Una gran nación: respetada, orgullosa, poderosa, generosa y donde se viva como en el primer o tercer paraíso, se puede organizar, pero se da el triste, sufrido y lamentable caso que no tenemos lo primordial para organizarlo: gente que se quiera y quiera a esta tierra, a su gente y tenga cabeza. Lo que tienen tantos descalzos es hambre, hambre y más hambre. Y por ello hacen lo que la depresión del hambre empuja a hacer, no hacer nada y robarse cuanto se pueda.
Lo que abunda por sobre la corrupción es la ignorancia y la falta de amor a ellos mismos y a los muchos demás.
Y ese tan escaso logro nacional, hasta vergonzoso, es la resultante del intelecto de su gente. El hambre es una pesada tortura y drama para muchos. El miedo abundante para todos y la esperanza, parece que al otro mundo se ha marchado. Lo toleramos todo.
Resulta que para humillarte y ensalzar el racismo, a nuestros pobres y morenos les dicen indios, a veces pinches indios pata rajada. Serio indicador que el miserable racismo bajó de los cielos. Para muchos resulta humillante y vergonzoso hablar cualquiera de nuestras lenguas madre. Tenemos voces del Náhuatl que se usan por todo el mundo: chocolate y papalote son sólo dos ejemplos.
Lo que hace la gente sin el soporte nacionalista, sin el amor de, y entre su gente, sin amar a su pueblo, es un hacer errático, decadente, fatalista y que sólo hace y repite lo que le comanda la biología, reproducirse bestialmente, como insectos, y eso no para y no deja de suceder. Cualquier actividad que usted emprenda, siempre el problema mayor es la gente. Ah casi lo olvido, el más grande e importante hacer de muchos, resulta en tornarse lo que comanda el sufijo Tzín. Moctezuma tenía tal grado en su apellido Zocoytzín, Señor noble, respetado, amado y de personalidad ejemplar que representaba valores que deben alcanzarse. Cuauhtémoc, águila que cae, fue el penúltimo emperador azteca, como fue asesinado, no alcanzó tal título: tzín. El último emperador azteca fue don Fidel Velázquez. Tzín derivó en chin gar y chin gón y lograr tal grado es agradable para tanto patán como acá abundan.
Nuestras grandes fuerzas son la envidia y los recios complejos de inferioridad, que tanta luchan por fregar o chingar a los demás.
Para organizar otro país y una real grandeza sólo hacen falta dos o tres cosas. Tenemos que aprender a querernos y a querer a las viejas en grado exaltado, delirante. Todo lo demás, carente de amor, no puede alcanzar la grandeza y la gloria mundana mayor: la felicidad. Y si usted es riquillo y poderoso pero infeliz, su caso es un fracaso. Si usted se está pudriendo en la miseria y las deudas le quitan hasta el sueño, debe aprender, debe saber que cualquier miseria se soluciona en seis meses de duro trabajo y en tal periodo debe ser avaro en grado cruel, casi sanguinario.
Precisamente la falta de amor generó la catástrofe social, humana que nos está cancelando la libertad, el futuro y hasta la misma vida.
Qué pueden hacer con sus hijos los padres que nunca dieron buenas muestras del como ellos se querían y se quieren. En casa y viendo a los padres, es como se aprende a querer. Aprender a querer no es cosa de traer bien cargada la masculina automática ni de ver películas o funciones pornográficas. ¿Saben besarse sus padres? ¿Los ha visto bien entrados en la tarea? Ya ni se besan, pues la señora alega que hasta puede vomitar y aquel proclama, asegurando, que la cabrona no quiere.
Unos hijos que pretendan quererse como sus padres lo hicieron, mejor ni entrarle a eso del matrimonio. ¿Es que hasta para bien querernos somos un escandaloso fracaso? De una relación fracasada, helada, pésima para el amor y terrible para la sexualidad, y luego sin dinero, organiza cualquier fracaso y cualquier violencia, misma que hace ya buen rato anda delinquiendo desbocada por la calle y condena a todo, sí, a todo, al ruinoso fracaso.
Todo el desorden ignorante, empobrecido, rebelde, borracho, agresivo, adicto al desorden y a las otras drogas, tan violento y hasta criminal se incubó en casa.
Para arreglar a esta sociedad y al mundo, se debe aprender a querer y luego del aprendizaje ejercer el amor, el sexo y el placer en grado supremo, delirante. Misma preciosa actividad que le concede a usted el brusco abandono de cualquier depresión y tristeza, y le concede una fuerza, un empuje, unas tercas ganas de hacer, una capacidad para darle a lo que ama, su compañera y sus hijos e hijas, el mejor de todos los ejemplos. Ahora sí, ellos serán un orgulloso espejo de lo que usted es y hace y ese ejemplo debe cundir por el mundo.
Tenemos que organizar en casa el aprender a leer, la diaria adicción a la lectura, los hábitos para ser riquillo y se deben aprender los grandes valores, sobre todos el del amor. Respetar el orden, la justicia, respetarte a ti mismo y seguir el gran ejemplo de tus padres, en todas las versiones que a la felicidad conducen. O hacemos dentro de un orden o… “Todo” el material al caso en mi documento. “Del amor documento mayor |